jueves, 24 de noviembre de 2022

El uso de la robótica para una producción flexible


Las plantas de fabricación de automóviles llevan muchos años operando de forma automatizada. De hecho, este sector continúa siendo uno de los principales impulsores de las ventas de robótica en todo el mundo. Además de la soldadura y de la pintura, la industria del automóvil incorpora robots para tareas como el montaje, el recorte, el corte, la transferencia de piezas y el mantenimiento de las máquinas, entre otras.

Siguiendo el ejemplo de las fábricas de automóviles, hay otras industrias como la alimentaria, bebidas, life science o agrícola, que están incrementado el uso de robots para aumentar la productividad, la eficiencia, la seguridad de las personas, la calidad y el resultado del producto. En general, se trata de flexibilizar las líneas de producción y de mejorar su capacidad para conseguir una producción en constante evolución que dé respuesta a las demandas de los clientes. Esto es, mayor diversidad y menor número de unidades.


Mientras que los robots de gran tamaño suelen realizar una única tarea, la flexibilidad es clave para las aplicaciones robóticas no relacionadas con la automoción. Aquí, los usuarios asignan a los robots diferentes tareas que pueden cambiar regularmente. Actualmente, los fabricantes de robots, los especialistas en cobots (robots colaborativos) y las empresas de software ofrecen soluciones que garantizan una programación sencilla. Hasta tal punto que, operarios con muy poca o ninguna experiencia pueden generar trayectorias de movimiento en muy poco tiempo.


Inteligencia artificial y aprendizaje automático

Aunque todos somos conscientes de que los robots realizan tareas repetitivas de forma más eficiente que las personas, existe una nueva tendencia con la IA (inteligencia artificial) y el ML (aprendizaje automático). Los robots son capaces de pensar, aprender y sacar conclusiones precisas sin la ayuda de sus colegas humanos. Se trata de una perspectiva apasionante para la industria en general, sobre todo si se tiene en cuenta que los robots pueden contribuir al cambio hacia la Industria 4.0 y la digitalización ya que superan en gran medida, en tareas complejas, a los sistemas de movimiento tradicionales.

Por ejemplo, aunque muchas máquinas del taller estén totalmente automatizadas, las tareas de manipulación desde el almacén hasta el montaje final y el embalaje no suelen estar automatizadas por las complejidades inherentes a este proceso. Sin embargo, hoy en día las últimas soluciones robóticas ayudan al flujo continuo en la fábrica, lo que podría llevar al concepto de fabricación oscura de producción en masa, con muy pocas personas o ninguna controlando las operaciones.


Soluciones a medida

Puesto que los robots están llamados a convertirse en un recurso esencial en muchos tipos de fábricas, conseguir flexibilidad es primordial para cualquier tarea que implique la manipulación o el mantenimiento. En este caso, alrededor del 50% de las aplicaciones requieren modificaciones en los dedos y/o en las pinzas para adaptarse a las necesidades de cada cliente.

Tanto los usuarios como los fabricantes de robots tienen varios objetivos a la hora de seleccionar el producto: la relación precio-rendimiento, la flexibilidad, la facilidad de adopción y la seguridad. Sin embargo, la tecnología de las pinzas del final del brazo robótico es un factor clave para tareas como la manipulación de materiales, el embalaje, la alimentación de máquinas, el montaje, el control de calidad y el acabado de superficies


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