domingo, 24 de diciembre de 2017

El primer restaurante de comida impresa en 3D llega a España: 180€ por falso caviar

La impresión 3D es una tecnología que ha madurado de una forma impresionante, ha dejado de ser esa tecnología lejana siempre en desarrollo que apuntaba a ser utilizada por nuestros hijos o nietos, aunque hay que destacar que no está del todo presente en el mercado de usuarios finales. Sin embargo sus aplicaciones son sólo una pequeña parte de su potencial y alcance.

                            

                        
Al día de hoy ya hemos visto como la impresión 3D está presente en prótesis, zapatillas, medicinas, e incluso coches y hasta edificios, pero curiosamente no ha hecho su debut, no al menos con un proyecto serio, dentro del arte culinario, por ello el proyecto que veremos a continuación es una atractiva luz al final del túnel, ya que estaríamos ante la primera impresora 3D creada para cocinar y diseñar alimentos.

En el proyecto colaboran el Centro Internacional Culinario (ICC) e ingenieros mecánicos de la misma Universidad de Columbia. El funcionamiento de la impresora se basa en una mezcla de ingredientes que están ubicados en hasta ocho cartuchos, los cuales son una especie de puré congelado; aquí la impresora será capaz de descongelar el producto, mezclarlo y realizar el diseño que se creó a partir de un software especial.
La mala noticia es apenas se trata de un proyecto con miras a ser lanzado en 2020, esto cuando los costes disminuya ya que al día de hoy crear un dispositivo de este tipo es financieramente inviable, sin embargo sus creadores están convencidos que este puede ser el futuro de la comida y sobre todo de los restaurantes, donde al día de hoy el desperdicio es algo preocupante.



Ahora gracias a un proyecto de la Universidad de Columbia en Nueva York estamos ante una impresora 3D que aseguran podría cocinar los alimentos e "imprimirlos" para ofrecer una presentación atractiva, esto con el objetivo de tener una disminución en el desperdicio de comida ya que sólo se imprimiría la cantidad necesaria, además de que serviría para llevar un control nutricional al imprimir sólo las capas necesarias.


Las impresoras aún son bastante caras y el riesgo de error es bastante elevado, es bastante prueba y error hasta que das con la tecla, explica Barradas. El de Lleida no será su último evento. El cofundador de Food Ink planea que su efímero restaurante dé una gira mundial por una docena de países (ciudades como Dubái, Roma, París, Ámsterdam o Buenos Aires disfrutarán de estos eventos) e incluso pretende abrir sedes permanentes en 2017 en Londres y Nueva York.

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