El futuro de la nanotecnología pasa por Sotrondio. El polígono de La Florida asistió ayer a la inauguración de una instalación industrial pionera a nivel mundial que está orientada a la fabricación de los denominados "ultramateriales". Estos productos -aplicables a múltiples campos de actividad como la industria militar, la aeronáutica, la automoción y la electrónica- ofrecen "propiedades excepcionales" de dureza, ligereza o resistencia al calor (según las necesidades de cada empresa), en piezas de muy reducido tamaño. Entre otros elementos, se pueden obtener componentes para herramientas de corte, espejos de satélites, ventanas transparentes al infrarrojo para desviar misiles lanzados contra los aviones, microchips o blindajes de tanques.
El equipamiento ha sido promovido por el Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (CINN), un centro mixto de investigación creado, en 2007, por iniciativa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Principado de Asturias y la Universidad de Oviedo. El equipo principal de la instalación es un horno de sinterización (compactación) de grandes dimensiones (12 metros de altura por 6 metros de ancho y 5 metros de profundidad) ejecutado por la empresa alemana FTC Systeme y que ha costado 3,5 millones. La inversión se completará -hasta alcanzar los seis millones- con atomizadores, equipos de automización de procesos y otras máquinas auxiliares, que quedarán instaladas a lo largo de 2014.
El proceso de sinterización consiste en la aplicación de un tratamiento térmico a un polvo previamente conformado. Mediante la unión entre las partículas adyacentes del material se transforma en un producto denso y resistente. "Sintetizamos compuestos químicos en el laboratorio, ya sean oxídicos, carburos o metales, pero todos a escala nano", indicó Ramón Torrecillas, director del CINN, para añadir a continuación: "Preparamos polvos a la carta. Cocinamos en lo nano unos polvos que, después, dándoles calor se hacen densos. Lo que pasa es que, con esta tecnología, lo que hacemos en lo nano con la materia prima se queda en lo nano al sinterizarlo".
Torrecillas esgrimió que, gracias a ese proceso, "se obtienen materiales densos con unas propiedades excepcionales que no podíamos imaginar hace unos años. Se trata de ultramateriales: unos son ultrarresistentes, otros ultraligeros y otros aguantan 3.000 grados sin deteriorarse. Es ir más allá en cualquier tipo de propiedad". El investigador recalcó la importancia de la instalación industrial inaugurada en Sotrondio. "Es un equipo único en el mundo porque nos permite obtener en escala real todos esos productos; estamos haciendo investigación a la dimensión real de producto, cosa que nadie es capaz de hacer. Nosotros patentamos el conocimiento, las empresas lo explotan y evidentemente nos pagan en función del volumen de venta que tengan". Torrecillas indicó que el CINN recibe "constantemente" muestras de interés de grandes compañías que quieren estudiar la viabilidad de la nueva tecnológica en su campo de actividad.
En este procedimiento, los investigadores del CINN reciben la petición de una empresa, con el tipo de material y propiedades que busca. Se elabora un prototipo para esa determinada pieza en el horno y se realizan pruebas. Cuando se obtiene el elemento buscado, se patenta ese conocimiento y se vende a la empresa para que lo fabrique en serie. "Cuando fijas los parámetros de cómo hacer una pieza, fabricar otra máquina que te permita fabricarlo barato es mucho más fácil. A la firma alemana que colabora con nosotros le interesa eso, porque vive de vender máquinas".
Los "ultramateriales" conseguidos son especialmente válidos para campos como la mecánica, ya que se consiguen útiles de corte de mecanizado con una durabilidad muy superior; la perforación; la óptica; la industria armamentística, con protecciones antibalas y blindajes para carros de combate; la aeronáutica, con espejos para satélites y ventanas de infrarrojos para sistemas de contramedidas para desviar misiles; o la electrónica, con chips de tamaño inferior a los 12 o 13 nanómetros, que es el límite actual, "Con Rolls-Royce y Jaguar desarrollamos materiales termoeléctricos para aprovechar la diferencia de temperatura de los motores", apostilló Torrecillas.
La nueva unidad inaugurada en el polígono de La Florida es fruto de la colaboración público-privada entre el CINN y las empresas FCT Systeme GmbH, Alusin Tecnología, Nanoker Research y ATSG 98 Instrumentación.
El proceso
Compuestos químicos
Los investigadores del CINN sintetizan en el laboratorio compuestos químicos en polvo de nanomateriales, según las propiedades que busca una determinada empresa para su producto.
Sinterización
Ese polvo pasa por el horno de sinterización instalado en Sotrondio y se hace denso y resistente, mediante un proceso de descarga de plasma y prensado en caliente.
Conocimiento
El CINN patenta el conocimiento adquirido en la fabricación de la pieza y lo vende a la empresa interesada, que en ese momento ya puede construir su propio horno específico para fabricar el producto en serie.
Aplicaciones
La nueva tecnología permite elaborar "ultramateriales" para productos muy diversos como espejos de satélites, microchips, blindajes o sistemas de perforación.