Alumbrado público mediante LEDs con un diseño que mitiga la contaminación lumínica
Las luces del alumbrado público impiden que reine la oscuridad en calles
de todas partes del mundo durante la noche, pero estos elementos
omnipresentes del entorno urbano son notoriamente ineficientes, por
cuanto desperdician mucha luz que en vez de ser proyectada hacia el
suelo lo hace hacia el cielo, lo cual provoca a su vez el fenómeno de la
contaminación lumínica que impide ver el firmamento desde las ciudades y
sus alrededores.
Innovaciones recientes en los diodos emisores
de luz (LEDs) han permitido mejorar la eficiencia energética del
alumbrado público, pero, hasta ahora, parecía inevitable perder una
parte importante de esta luz al irradiarse hacia direcciones que no son
la del lugar deseado.
Un equipo de investigadores de Taiwán y
México ha desarrollado un nuevo sistema de iluminación que aprovecha la
alta eficiencia energética de los LEDs y asegura que alumbren sólo hacia
el lugar deseado, evitando así que luz se proyecte hacia el cielo o
moleste en viviendas circundantes (como por ejemplo cuando en verano la
gente duerme con la ventana del dormitorio abierta para combatir el
calor y esa ventana queda justo ante una farola).
El 98 por
ciento de la energía del nuevo sistema de alumbrado público se emplea en
iluminar la calle, mientras que sólo un 2 por ciento se desperdicia en
forma de contaminación lumínica.
Una característica única del
nuevo sistema LED es su adaptabilidad a diferentes ubicaciones de las
farolas del alumbrado público y a todo tipo de calles y carreteras,
proporcionando una iluminación uniforme con una alta eficiencia
energética.
La lámpara propuesta para las farolas se basa en la
combinación de tres componentes. El primero contiene un grupo de LEDs,
cada uno de los cuales está equipado con una lente especial, denominada
Lente de Reflexión Interna Total, la cual enfoca la luz de manera que
los rayos son paralelos entre sí (un proceso denominado colimación), en
vez de intersecarse. Estos LEDs cubiertos con lentes se instalan dentro
de una cavidad reflectante, la cual "recicla" la luz y asegura que de
ésta se utilice tanta como sea posible para iluminar el objetivo
deseado. Por último, cuando la luz sale de la lámpara, atraviesa un
difusor o filtro que reduce el resplandor no deseado. La combinación de
colimación y filtrado también permite a los investigadores controlar la
forma del haz: El diseño actual produce un patrón rectangular de luz
que, según afirman los investigadores, es idóneo para el alumbrado
público.
Además de reducir el resplandor no deseado y la contaminación lumínica,
el nuevo diseño de alumbrado público también podría ahorrar energía. En
comparación con lámparas tradicionales, una lámpara LED común para
alumbrado público permite reducir el consumo de energía entre un 40 y un
60 por ciento. Es un buen ahorro, pero la mayor eficiencia del nuevo
diseño propuesto por el equipo de Ching-Cherng Sun, de la Universidad
Central Nacional de Taiwán, probablemente ahorraría entre un 10 y un 50
por ciento más. Además, el módulo sería fácil de fabricar, ya que sólo
comprende cuatro partes, incluyendo un tipo de lámpara LED que ya es de
uso común en la industria de la iluminación.
El equipo de
Ching-Cherng Sun espera terminar un prototipo de su diseño en los
próximos meses, y comenzar instalaciones prácticas del nuevo sistema de
alumbrado el próximo año.
El nuevo sistema de alumbrado público
se ha presentado a través de la Sociedad Óptica de América (OSA), una
organización fundada en Estados Unidos en 1916, con sede en Washington,
D.C., y que reúne a unos 17.000 científicos, ingenieros, y demás
profesionales de la óptica y la fotónica de más de 100 naciones.
Aproximadamente el 52 por ciento de los miembros de esta sociedad reside
fuera de Estados Unidos.
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