La robótica industrial vive un cambio histórico marcado por el ascenso de China, que en 2023 instaló 276.288 robots y ya opera 1,75 millones, el 51 % del total mundial, según el informe "World Robotics 2024" de la Federación Internacional de Robótica (IFR). Aunque las instalaciones disminuyeron ligeramente respecto al récord de 2022, casi la mitad de los nuevos robots fueron fabricados por empresas chinas, reflejando la fuerte apuesta del país por la autosuficiencia tecnológica impulsada por políticas como "Made in China 2025".
China domina sectores clave: la electrónica instaló 77.464 robots, la automoción 64.882, y el sector metalmecánico creció un notable 35 % hasta las 41.578 unidades, con un mercado liderado casi por completo por fabricantes locales. Paralelamente, las exportaciones chinas de robots se han más que duplicado desde 2017, superando los 500 millones de dólares, mientras las importaciones han caído drásticamente.
En un contexto de desaceleración global, China sigue fortaleciendo su estrategia industrial y reafirmó en 2024 que la robótica será un pilar de modernización manufacturera. Ningún otro país combina a este nivel política industrial, capacidad tecnológica y un mercado interno en rápido crecimiento.
A escala internacional, Japón, Estados Unidos y Alemania mantienen posiciones destacadas, mientras que India y México muestran crecimientos relevantes en sectores como automoción. En Europa, Alemania, Italia y España lideran la adopción, aunque el avance chino plantea un reto competitivo: los fabricantes occidentales enfrentan mayores costes y escasez de trabajadores cualificados.
La expansión de China está reconfigurando el equilibrio de poder en la robótica industrial. Para competir, las empresas europeas y estadounidenses deberán acelerar su inversión en innovación, automatización y digitalización, en un futuro donde la competencia será más intensa, pero también lleno de oportunidades para quienes se adapten con rapidez.
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