Las baterías de los vehículos eléctricos es mayor
inconveniente que se presenta a día de hoy en este sector. Los principales
problemas que se presentan son el peso excesivo de estas, es tiempo de carga
elevado y la escasa autonomía. Estos tres problemas son los que están frenando
actualmente el despegue de este sector.
Recientemente un grupo de investigadores de la Universidad
de Córdoba ha encontrado una posible solución a estos tres problemas: baterías
de grafeno.
Como todos sabéis el grafeno es un material descubierto hace
pocos años por Konstantín Novosiólov
y Andre Geim, los cuales ganaron el Premio Nobel gracias a este descubrimiento
en 2010. Se trata de sustancia formada de carbono puro, con átomos dispuestos
en patrón regular hexagonal, similar al grafito, pero en una hoja de un átomo
de espesor.
Pero no todo son buenas noticias ya que para lograr la carga
en ocho minutos necesitarían
estaciones de carga de una potencia muy elevada aunque el dispositivo podría
usar estaciones de menos potencia a cambio de ampliar el tiempo necesario para
la recarga. Por otro lado estas baterías, al menos en esta fase de la
investigación, ocupan más espacio que las de ion-litio así que habría que
reservar más espacio en los coches para instalarlas o hacerlas un poco más
pequeñas bajando la autonomía máxima a unos 700 y 800 kilómetros.
El proyecto se
están llevando a cabo junto con la empresa Graphenano, productora de grafeno, y
la empresa Grabat Energy de reciente creación y que sería la encargada de
fabricar estas nuevas baterías por las que se dice que ya se han interesado dos
de los cuatro grandes productores alemanes de vehículos.
La producción de
estas baterías comenzará en 2015 y veremos si se concretan estos contratos con
los fabricantes alemanes que podrían comenzar a usarlas unos 3 años después.
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