El Internet de las Cosas (IoT, por sus
siglas en inglés de Internet of Things)
es un concepto reciente utilizado para referirse a la interconexión de “cosas”
entre ellas y con los usuarios mediante Internet. Es por ello que multitud de
gente ya lo utiliza en sus hogares para controlar la calefacción, las plantas,
las persianas… Cada día más dispositivos
y objetos cotidianos tienen su propia IP para acceder a la gran red.
Desde móviles, ropa o robots. Cualquier cosa puede tener su puerta a Internet |
Sin embargo, no se queda en la simple
anécdota o la moda pasajera del fenómeno Maker.
Y es que los fabricantes tienen la vista puesta en esta tecnología para mejorar
la eficiencia, reducir gastos y aumentar sus beneficios. Por ejemplo, General Electrics prevé un incremento en las ganancias de unos 19 trillones de dólares
en la próxima década. El vicepresidente de Bosch, Stefan Ferber (a través de su Twitter), nos describe
el impacto del IoT en la fabricación como “la nueva forma de organizar la
producción industrial: mediante la conexión de máquinas, sistemas informáticos
y productos podemos crear sistemas de producción inteligentes que básicamente
se controlen entre ellos sin necesidad de intervención manual”. Aunque no se tiene que limitar a la
planta, sino que permite la inclusión de todos los factores internos y
externos, como otros departamentos o los clientes.
¿Cuáles son los beneficios de implementar
IoT en la fabricación? Los más evidentes e inmediatos son los que se derivan de
la digitalización de los procesos, que según la American Society for Quality son:
- Un incremento del 82% en la eficiencia
- Un incremento del 45% en los clientes satisfechos
- Una reducción del 49% en los defectos
Hay muchas maneras en las que el IoT
ayuda a optimizar la fabricación: el control de inventario, la gestión de la
cadena de suministro o energética, por ejemplo. Teniendo en cuenta que 2/3 del
consumo energético de un país industrial se debe a la fabricación, un sistema
inteligente que regule este apartado supondrá un gran beneficio para cualquier
empresa competitiva.
Y aunque pueda sonar a ciencia ficción,
una planta inteligente que se controle así misma dándole “vida y voz” a sus
componentes nos sonará tan extraño como a cualquier persona previa a la
revolución industrial le podría sonar la idea de la línea de montaje, la
realidad nos muestra que esto es cada vez más cercano. De hecho, Microsoft,
con su nuevo Sistema Operativo Windows 10, se prepara para el futuro, en el
cual estima unos beneficios de 300 trillones en el mundo a través del IoT. La
siguiente imagen de Microsoft nos enseña la fabricación del futuro mediante esta
tecnología:
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