Machine to Machine
El concepto M2M (Machine to Machine) engloba una serie de
tecnologías que se utilizan en el proceso
de intercambio de información entre dos máquinas remotas, ya sea
mediante redes fijas o móviles, y sin intervención humana.
Se prevé que en el año 2014 el 70% de los dispositivos
electrónicos de consumo estarán conectados a Internet. Su uso no está asociado
con una persona particular y, además, estos tendrán la capacidad de conectarse
a múltiples redes y a través de múltiples tecnologías (3G, 4G, WiFi, televisión
vía satélite, etc.). En el año 2020
habrá más de 50 billones de dispositivos conectados a Internet.
En este contexto de sobreabundancia de información, Telefónica
I+D está desarrollando nuevas plataformas para recoger y gestionar la gran
cantidad de información que origina el uso del M2M. Entre sus objetivos está
ofrecer nuevas fuentes de información a los usuarios, transformar los flujos de
datos disponibles de las ciudades inteligentes en información viable y
habilitar el procesamiento masivo de datos de manera flexible y escalable para
mejorar el control de los mismos.
"PAGO COMO CONDUZCO"
Una de las apuestas actuales de Telefónica I+D , junto con
la compañía de seguros Generali, es el producto “Pago como conduzco”.
Éste producto es un seguro de Generali que
tiene como socio estratégico y tecnológico a Telefónica. La división M2M de la teleco – que
asegura que “el internet de las cosas” en el que todo estará conectado es la
siguiente “gran ola tecnológica” – es quien ha implementado el módulo que se
añade al coche: una caja dotada de A-GPS
(Assisted GPS: sistema pensado básicamente, para reducir
el tiempo de inicialización del GPS), acelerómetro y GPRS que monitoriza
no sólo dónde estamos y a qué velocidad, sino también si nuestra conducción es
agresiva, con frenazos y acelerones.
Cada minuto el dispositivo emite información de velocidad y
posición que es almacenada. Si surge un “evento” importante (léase un frenazo),
no se espera el minuto sino que se hace inmediatamente porque puede ser sinónimo
de alerta por accidente. El coste de la conexión va incluido en el precio del
seguro y se articula desde una infraestructura diferente a la de las llamadas y
los datos de móvil habituales. Tampoco hace falta ser cliente de Movistar ni
crear ningún contrato nuevo con ellos.
Con la localización y la velocidad también pueden obtener
dos datos importantes, como son si cumplimos con los límites de
velocidad de cada zona y si nuestra conducción es nocturna o diurna.
Con todo ello se configura un perfil que determina el precio del seguro cada
mes. Si provocamos muchos “eventos” como llaman a estas situaciones (saltarse
un límite de velocidad o un gran frenazo por ejemplo), el precio del seguro aumentará,
pero si nos mantenemos prudentes y
cumplimos las normas, conducimos de día y en zonas urbanas, esto hará que la
cuota decrezca.
En su comercialización parten de una estimación que hace el
propio usuario y le aplican el 50% de entrada. A partir de ahí, se calcula cada
mes, aunque aseguran que será bastante previsible si somos el tipo de público
que esperan encontrar.
Pero… ¿qué pasa con toda esta información tan sensible que
se almacena? Ambas empresas han insistido mucho en el tema de protección
de datos y privacidad. Quien almacena toda la información es Telefónica,
mientras que Generali sólo accede a datos agregados tipo “número de eventos al
mes” para calcular el precio.
Ambas compañías han asegurado también que la información no
se cruzará con ninguna otra base de datos.
La información
guardada tiene un tratamiento análogo al de nuestro uso de telefonía móvil.
Las operadoras saben dónde estamos en cada momento usando el móvil, gracias a una
buena aproximación a través de la antena a la que nos conectamos. Esa
información junto a la de nuestras llamadas está a disposición de los jueces si
así se lo requieren pero en otros casos, permanece privada.
A eso hay que sumar ventajas que puede otorgar tener un
coche conectado. Si el dispositivo detecta que hemos tenido un choque
importante comienza un proceso por el que nos llaman por teléfono y en algún
caso (frenazo muy fuerte y no contestación) se avisa al 112 con la localización
del presunto siniestro. Adicionalmente tenemos funcionalidades triviales pero
que nos pueden sacar de un apuro, como es la localización exacta en caso de que
nos quedemos tirados o no nos acordemos donde lo dejamos aparcados.
A todo ello podemos
acceder a través de la aplicación en el móvil (Android, iOs) y de la web,
con lo que además tendremos la información de todos nuestros trayectos y de
nuestro patrón aproximado de conducción.
Hasta ahora todo parecen
ventajas, pero este tipo de seguros presenta un gran desafío: ¿qué pasará si
este tipo de seguros se impone en el mercado? ¿Empezará a ser sospechoso aquél
que no quiera compartir cómo y a dónde conduce con la teleco y la aseguradora?
¿Acabarán forzando a pasarse a esta modalidad por la vía de que el seguro
normal aumentará exponencialmente de precios al quedar en ellos los conductores
más imprudentes?
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