Dos estudiantes suecas de diseño, Anna Haupt y Terese Alstin, han encontrado una curiosa solución al problema: Hövding. Se trata de un casco invisible para ciclistas que solo aparece cuando se necesita, en caso de accidente.
Pero, ¿cómo funciona? Muy sencillo, escondiendo un airbag en una bufanda provista de acelerómetros y giroscopios que evalúan cuando ha de ser disparado.
Para conocer qué movimientos deben detectar estos sensores estudiaron durante siete años los valores que deben sugerir a estos dispositivos su activación.
Para la forma que tiene el airbag una vez extendido consultaron con especialistas en traumatismos craneales cuyo trabajo se ha basado en los relacionados con accidentes de bicicleta.
La activación de este casco fabricado en nylon se realiza en milésimas de segundo y la protección es similar a la que ofrece un casco de tipo jet.
Pero como a todo invento revolucionario le salen problemas, y sobre todo uno: el precio, 399 euros por este dispositivo se antoja algo caro. Además, el casco ha de ser cargado periodicamente para su correcto funcionamiento.
La originalidad, la estética y lo novedoso tienen un precio y más cuando se trata de nuestra seguridad.
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