China se está preparando para llevar
a cabo una revolución robótica con el fin de automatizar el trabajo que hasta ahora ha sido realizado por millones de
trabajadores con salarios bajos. Estas medidas entran dentro de los planes del gobierno
chino de doblar sus ingresos per cápita desde el 2016 al 2020. El éxito de
estas medidas podría tener un impacto positivo sobre la economía global.
Li Yuanchao, viceprimer ministro
de la República Popular China, trasladó a los asistentes de la Conferencia
Mundial de Robótica celebrada el pasado mes de noviembre en Pekín el mensaje de
Xi Jinping, el presidente chino, que exponía la prioridad que tendría la
robótica para el futuro económico del país.
Robot industrial escribiendo en caractéres chinos en la Conferencia Mundial de Robótica Fuente: MIT Technology Review |
Actualmente China es el mayor
productor mundial de casi cualquier cosa, desde ropa hasta productos
electrónicos. El sector de la fabricación chino depende casi en exclusiva de
mano de obra barata y sin cualificar. Pese a la desaceleración del crecimiento
que está sufriendo su economía, los salarios de los trabajadores siguen
creciendo. El gobierno chino quiere diversificar su mano de obra y hacer que
sus industrias manufactureras sean más avanzadas tecnológicamente. La robótica podría
ser la solución a algunos de estos retos. Si se implantaran más robots en las
fábricas se aumentaría la eficiencia de las mismas y se podría reducir el
número de personal. Por otro lado se requerirá personal de mantenimiento,
diseño y construcción de los robots con una mayor formación en conocimientos
técnicos.
En el año 2013 China se convirtió
en el mayor importador del mundo de robots. Además la Federación Internacional
de Robótica estima que en 2018 más de un tercio de los robots industriales a nivel
mundial se encuentren en China. El número de robots por trabajador humano en China
sigue estando muy por debajo del resto de países más industrialmente avanzados,
lo que indica un gran potencial de crecimiento en este campo.
En mayo de este mismo año el
gobierno chino inició el programa “Made in China 2025”. Este programa pretende
convertir a China en una potencia de
fabricación ecológica e innovadora para
ese año. Esto implica aumentar los esfuerzos para incrementar la conectividad y
la inteligencia de la maquinaria y las fábricas para mejorar la flexibilidad y
la eficiencia general.
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