Diseño, concepto de valor
Entre más accesibles son los sistemas de diseño asistido por computadora (de Siemens PLM), crecen las oportunidades para generar negocio, sobre todo hacia abajo de la cadena de suministro.
Cuando Moldes Mendoza adquirió sus primeras licencias de software de diseño asistido por computadora (CAD, por sus siglas en inglés) tenía como propósito agilizar sus procesos de dibujo y dimensionamiento de los moldes fabricados. Pero con el uso se dio cuenta que esta herramienta era una forma de diferenciación y de apoyo para las propuestas con sus clientes. De esta manera encontraron la ruta del valor agregado.
Fundada en 1978, Moldes Mendoza es una compañía familiar dedicada a la fabricación de moldes para inyección de plástico para empresas de sectores diversos como el automotriz, electrodomésticos alimentos y bebidas y del juguete. Al incorporar una base de diseño en CAD, con la tecnología de Siemens PLM, añadieron también una manera de formalizar el conocimiento que tienen de sus productos y se convirtieron en expertos con autoridad para hacer sugerencias sobre los diseños de sus propios clientes.
Antonio Mendoza, hijo del fundador de la empresa y quien, como es común en las empresas de corte familiar, comenzó a hacer tareas en la planta desde su adolescencia, siempre es enfático cuando dice que ellos saben de moldes, y no de plástico; pero lo cierto es que cualquier fabricante de productos plásticos aprecia y solicita ya sus observaciones y correcciones a los diseños originales de los moldes para lograr productos finales de mayor calidad y funcionalidad.
Tras las palabras de Mendoza hay mucha experiencia y eso es lo que valoran sus clientes. Los fabricantes de envases, por ejemplo, llegan a la planta de Guadalajara para mostrar sus nuevos diseños. Los técnicos al mando de Antonio los toman y hacen un análisis de sus características paramétricas y funcionales. Sobre ellas, hacen sugerencias de mejora y ajustes sobre modelos virtuales incorporados en el software. Aspectos tan sencillos como el enroscado de una tapa de seguridad pueden ser ajustados para garantizar que funcionen de manera eficaz. Debido a que toda la información descansa en una base de datos, es sólo cuestión de hacer ajustes a ciertos parámetros para modificar los modelos tridimensionales. Además, algunos componentes descansan en librerías, y esto es una gran ventaja, pues sólo se toman y se agregan sin que esto signifique trabajo de diseño adicional.
Antonio se jacta de que muchos de los cambios y mejoras se hacen, incluso, durante las juntas sostenidas con sus clientes. Cuando se concluyen todas las adecuaciones requeridas en el producto, el paso siguiente es transportar los paquetes de información al diseño de los moldes. Nuevamente, esto es en automático, pues ya tienen los datos del diseño registrados en el sistema. Han calculado que la reducción del tiempo de diseño de un molde es de hasta 80%, esto significa que pueden realizar el tiempo de diseño en horas y no en días como lo hacían anteriormente. Esto es una ventaja competitiva y de costo de oportunidad. Al tener a sus diseñadores con menor tiempo en el desarrollo de proyectos, su capacidad para atender a más clientes es mayor por razones obvias. Pero no sólo eso, la empresa se ha ganado una reputación que les ha valido ganar mercado. De hecho, su crecimiento ha sido de dos dígitos, incluso, en tiempos de crisis.
Antonio Mendoza siempre tiene una partida de presupuesto para invertir en tecnología que le permita agilizar sus procesos, aún sacrificando utilidades, y esto ha sido crucial. Según él mismo lo expresa, esto es atípico en empresas familiares en México, donde la frase "Empresa pobre, empresario rico", sigue siendo, por desgracia, vigente.
La clave del juego se llama valor agregado, pues el fabricante de moldes jalisciense no obtiene sus ingresos de la asesoría o el apoyo en mejora de los diseños. Ellos, a pesar de hacer tareas propias de un consultor, no se llevan un centavo por hacerlo, pero sí les permite generar más negocio puesto que sus clientes reconocen los beneficios obtenidos a partir de la retroalimentación de su proveedor.
La magia de la simulación
Aunque hay algunas empresas que tienen sus diseños bien terminados cada vez son más las que se acercan a ellos para recibir ‘consejos'. La ventaja de las herramientas CAD es que el modelado se hace sobre sólidos parametrizados que les permiten, incluso, determinar errores de diseño que provocarían defectos de función como, por ejemplo, obstrucciones dimensionales, estrés elevado por fricción o ajustes imperfectos en ensambles. Todo esto se puede medir y analizar sin tocar un solo gramo de material, lo que significa por otro lado, menos desperdicio, mayor velocidad para detectar estos problemas y ahorros económicos considerables.
La magia del diseño y simulación de funcionamiento de componentes mecánicos está alcanzando un número mayor de empresas y de menor tamaño gracias a la teoría de Moore, que predice que la capacidad de procesamiento de los sistemas de computación se duplica cada año. Este supuesto bien conocido en el ámbito de las tecnologías de la información (TI) descubre grandes ventajas en el diseño industrial y en la manufactura, pues no es sólo un tema de mayor procesamiento en equipos más pequeños, sino que se traduce en alcance económico para empresas que requieren sólo unos cuantos asientos de software.
Hace tal vez 15 años, el diseño en CAD y su extensión a la manufactura (CAM) era un privilegio de empresas muy grandes que podían pagar licencias de software costosas y de hardware basado en C++ de UNIX de más de tres mil dólares, además de requerir de enlaces T1 ofrecidos por un operador telefónico. El CAD y el CAM representaban un mercado de alta tecnologías pero para empresas grandes y muy solventes.
Actualmente -como el caso de Moldes Mendoza, que tiene sólo 48 empleados- una empresa pequeña puede adquirir una estación de trabajo en menos de 2,000 dólares (basadas en procesadores core duo de Intel) y licencias que rondan los 1,000 dólares, en función del tipo de paquete de mantenimiento que se solicite (que permiten acceso a los clientes a actualizaciones y nuevas versiones) además de que tienen la virtud de la comunicación basada en las tecnologías de internet. Por lo tanto, los archivos de diseño pueden ser compartidos e, incluso, permiten interactuar entre usuarios, clientes y proveedores, a través de un browser. Los formatos de lectura son ahora tan ligeros que se pueden descargar y revisar con anotaciones en el ambiente web.
Antonio Mendoza reconoce que él buscaba una aplicación cuyas librerías estuvieran especializadas en moldes, pues esto les permite incorporar componentes ya diseñados y ahorrar tiempo mientras avanzan en el desarrollo de sus productos. La empresa también busca licencias de mantenimiento que le permitan estar constantemente actualizada con las mejoras de cada nueva versión y un programa de retroalimentación que facilite la colaboración con el fabricante para generar ideas para mejorar el manejo de comandos.
Maridaje con CAD
La evolución de las aplicaciones CAD tiene como columna vertebral la gestión de los datos del diseño y ofrece a sus usuarios mayor tiempo para pensar y menor tiempo destinado a la mera operación del software. El objetivo del CAD es exaltar la creatividad dentro de los procesos de diseño e ingeniería y crear mecanismos de administración del conocimiento. Esto disparará el mercado, que aunque decreció en 2009 debido a la crisis, en 2011 podría alcanzar los niveles de 2008 (6,700 mdd), según un reporte de la firma Jon Peddie Research.
El CAD hace cada vez un mejor maridaje con otras herramientas de software relacionadas con el desarrollo de productos. El conocimiento colectivo formado a partir del aprendizaje de los individuos en las organizaciones se ha convertido en un activo valioso. Toda la información capturada en los sistemas CAD relacionada con las características de un componente tanto meramente dimensionales como de otras propiedades, como son tipos de material, tolerancias, procesos de manufactura, costos y restricciones.
Al final, permiten tomar decisiones con mayor rapidez y los proyectos evolucionan mucho más rápido obedeciendo a las necesidades del ciclo total de vida de un producto. Los diseños de un nuevo modelo no necesitan empezar de cero, pues la información y todo el aprendizaje desprendido de la versión anterior ya ha sido registrada. Pero lo más importante, ofrecen a los fabricantes, como a Moldes Mendoza, la capacidad de añadir valor a sus clientes al estar más cerca de sus necesidades y al transferirlas en las nuevas características de una nueva generación de productos.
Publicado: Martes, 12 de abril de 2011 a las 21:46 por Revista Manufactura
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