Debido a ello, existe una gran demanda de baterías de alto rendimiento, para vehículos eléctricos puros y eléctricos híbridos (equipados además con un motor de combustión), que sean capaces de igualar esas prestaciones de los motores de combustión interna.
A fin de satisfacer esa demanda, numerosos equipos de científicos trabajan en el desarrollo de nuevas combinaciones químicas que permitan crear baterías capaces de superar en prestaciones a las baterías de ión-litio, actualmente las mejores disponibles comercialmente para el gran público.
Esquema de una batería de litio-azufre. (Imagen: Berkeley Lab)
Para que los vehículos eléctricos tengan una autonomía que les permita cubrir unos 500 kilómetros (aproximadamente 300 millas), con una sola recarga de su batería, se necesitaría casi el doble de la energía específica que poseen las actuales baterías de ión-litio. Las baterías necesitarían también soportar por lo menos 1.000, y preferiblemente 1.500, ciclos de carga-descarga sin mostrar una pérdida notable de capacidad de almacenamiento de energía.
Esta batería, cuando esté lo suficientemente optimizada, podría encontrar usos primeramente en aplicaciones para teléfonos móviles y otros dispositivos portátiles comparables, y más a largo plazo en vehículos eléctricos comunes, dotándolos con una autonomía de unos 500 kilómetros (300 millas).
En el trabajo de investigación y desarrollo también han participado Min-Kyu Song del Berkeley Lab, y Yuegang Zhang, del Instituto de Nanotecnología y Nanobiónica de Suzhou, dependiente de la Academia China de Ciencias.
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