- El presidente de Sisteplant y profesor universitario defiende el modelo de «planta laboratorio»
- Las personas deben motivarse con la tecnología, tomar decisiones y apalancar conocimiento
El interrogante sigue abierto. ¿Cómo será la fábrica del futuro? Todos los actores coinciden en que es necesario un cambio en el proceso productivo europeo actual para mejorar su competitividad, pero las opiniones se dividen en cuanto a la forma de hacerlo. Aunque el modelo de Industria 4.0, impulsado desde Bruselas, es el que más fuerza está cogiendo, existen visiones con matices distintos que obligan a replantearse esta teoría. Una de ellas es la de Javier Borda. El presidente y CEO de Sisteplant, con sede en Derio (Vizcaya), ha dedicado su trayectoria profesional a ayudar a grandes y pequeñas empresas a avanzar en sus modelos industriales. El también profesor universitario ha organizado para este jueves en Bilbao un Congreso Nacional sobre la Fábrica del Futuro, donde participarán compañías como Gamesa, Aciturri, Kalise Menorquina o Pascual.
Borda tiene una visión muy clara de cómo debe ser la fábrica del futuro: «Un lugar saludable en el que las personas a todos los niveles se motiven, sean proactivas e incluso se diviertan con la tecnología porque son capaces de comprenderla y hacerla evolucionar». En este entorno, la robótica es un accesorio. Borda recuerda cómo en los años 80 y 90, la obsesión por la tecnología a través de la implantación del concepto CIM (manufactura integrada por computador) acabó «prácticamente suplantando a la personas». «Eran sistemas algorítmicos y no se tuvo en cuenta que hay muchas situaciones de una fábrica que no se pueden predecir», señala. Tras el fracaso de este modelo se impuso su opuesto: el lean manufacturing japonés basado en «no automatizar nada». ¿Y ahora?El presidente de Sisteplant defiende un concepto que difiere de la famosa Industria 4.0 europea.
La idea de la empresa vasca es que la fábrica del futuro funcione con una estructura PIM (fabricación integrada por las personas), que sustituye los modelos matemáticos algorítmicos por otros heurísticos, basados en la inteligencia artificial para ayudar a los empleados a «cerrar el lazo» del proceso productivo. «Queremos que sean las personas quienes tomen las decisiones, apalanquen el conocimiento y sean capaces de hacer evolucionar la tecnología», destaca. Esta visión choca con la Industria 4.0, que recupera el CIM y pone el énfasis en las máquinas.
Otra diferencia entre ambos modelos es la colaboración robot-humano. «En la Industria 4.0 se entiende esta colaboración como el uso de humanoides como herramientas», indica Borda. «Pero éste no es el alma del asunto, lo importante es que las máquinas motiven a las personas y así puedan comprender y mejorar su uso», añade.
Sisteplant investiga, diseña y pone en marcha todos los sistemas de fabricación y software para que las industrias funcionen de «manera avanzada». Su presidente no duda en describir los cuatro pilares básicos de estas plantas del futuro: la estrategia, la tecnología, las personas y la habitabilidad. En cuanto a la estrategia, Borda aboga por crear «fábricas laboratorio», con modelos de gestión que permitan «producir con calidad a la vez que experimentar para hacerlo mejor mañana». Para ello es imprescindible contar con líderes (con una «visión avanzada» del futuro) antes que con gestores (que se «fijan más en lo urgente que en lo importante»).
El segundo punto, la tecnología, requiere de plantas con capacidad para reconfigurarse fácilmente y para fabricar con calidad cien por cien a la primera para «reducir las tolerancias». Si disminuye el rango de validez de cada pieza, la industria puede alargar la vida de los productos y aumentar su precio. En el apartado TIC, el presidente de Sisteplant busca una «informática inteligente» que sustituye los algortimos por técnicas de inteligencia artificial.
Para el tercer pilar, las personas, Borda propone cambiar el modelo de organización con la introducción de una figura nueva en las fábricas: el animador. «Se debería de encargar de motivar a todos los empleados con retos cotidianos sacándolos de la rutina diaria», señala. Este «juego» mejora la motivación de la plantilla y ayuda a apalancar el conocimiento. Por último, el cuarto fundamento de la fábrica del futuro es la habitabilidad. «Lo mínimo es que el lugar de trabajo sea saludable», apunta.
La conjunción de estos elementos es la que permitirá crear «fábricas vibrantes», donde las personas, la tecnología y la organización se muevan en el mismo sentido y a la misma velocidad. «Una industria que vibra, progresa mucho más rápido que el resto», afirma.¿Hacen falta grandes inversiones? «Si dotas de alma a tu fábrica, el cuerpo acabará llegando», concluye.
Finalmente, aquí se puede ver un vídeo sobre los sistemas MES para la gestión de plantas de la empresa Sisteplant.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl presidente de Sisteplant aborda la necesidad de un cambio “social” desde cada fábrica.
ResponderEliminarDefiende la fábrica habitable, que provoque cambios de alcance, en el comportamiento de las personas.
La sociedad es más tecnológica, y hay que aprovecharlo.
La tecnologia tecnoiplant, acorde con el estándar alemán 4.0 , va más alla en el concepto de inteligencia humana distribuída , y no unicamente robótica avanzada.
La fábrica del futuro tiene que ser un lugar saludable donde se motiven las personas, sean proactivas, e incluso disfruten.
La fábrica del futuro debe evolucinar hacia la integración de los sistemas, tomar decisiones con agilidad y reactividad.
En nuestra querida España, donde casi todo se resuelve con recortes salariales, que al final influyen minimamente en el coste final de los productos fabricados, las ideas del , tambien profesor universitario; Javier Borda Elejabarrieta, parece casi ciencia ficción.
DUDAS DE IMPLANTACION CIM
ResponderEliminarEn la actualidad creo que se está confundiendo la inversión en maquinaria con la inversión en implementación de un sistema CIM
Tal vez, el importante avance habido en la automatización de los equipos en general, se abrió un mercado de innovación del parque de maquinaria, que entiendo, nada tiene que ver con el proceso de computerización del proceso productivo
Prolifera por ejemplo, ver en medio de una industria más de un técnico programando cada uno en una máquina desde su ordenador portátil conectado directamente a la misma (Nicho de trabajo importante para futuros ingenieros). Situación considerada como CIM en la mayor parte de los casos, tal vez porque se confunde el alto nivel tecnológico de las máquinas actuales con el concepto de producción integrada.
Cuando haces un proyecto, normalmente de implantación de una industria, y ante el tipo de máquinas a instalar de elevada tecnología y posibilidad de comunicación, o del sistema de fabricación a realizar Job shop+Repetitiva, expones a la propiedad la necesidad de instalar una bandeja perimetral para la red informática con distribución punto a punto desde un puesto común en la oficina técnica hasta cada equipo, se extrañan y en muchos casos dicen que eso es sólo para los teléfonos y ordenadores de la oficina, que en el taller no se necesita.
A lo anterior, hay que sumar si le planteas la necesidad de un puente grúa para la adaptación del layaut a nuevos lanzamientos o modificación de los actuales. Esta situación, tampoco se entiende bien por los técnicos de la administración que están pensando en el anclaje de las máquinas para evitar la transmisión de vibraciones.
Aunque como expuse antes, la programación de las máquinas, es un mercado de trabajo potencial para los ingenieros, no se debe de perder la perspectiva de la totalidad, esto es: la máquina como parte de un conjunto técnico administrativo
Es un punto de vista personal, sobre el que posiblemente continúe exponiendo y para el que se admiten todo tipo de comentarios que puedan enriquecerlo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar