Los láseres de femtosegundo permiten, desde los años 90, el tratamiento de 
materiales a nano- y microescala con alta precisión, pero su producción resulta 
lenta y costosa. Investigadores del Grupo de Óptica (GROC) de la Universitat 
Jaume I de Castelló han desarrollado una novedosa técnica de procesamiento en 
paralelo que permite multiplicar por cien la capacidad de producción de estos 
láseres, mejorando el rendimiento, reduciendo el tiempo y los costes de 
fabricación y optimizando el uso de la energía del láser. La importancia del 
avance le ha llevado a ser portada de Optics & Photonics News, la revista de 
divulgación de referencia en su campo editada por la Optical Society of 
America.
Grupo de Óptica de la UJI
La tecnología láser permite procesar materiales, es decir, modificar 
localmente sus propiedades con precisión micrométrica (una centésima parte del 
tamaño de un cabello) o incluso nanométrica. Es el caso,por ejemplo, de los 
microchips o de los estents que se implantan en el sistema arterial y que son 
fabricados utilizando tecnología láser, debido a los exigentes requerimientos de 
precisión para que funcionen correctamente. 
Jesús Lancis, director del Grupo de 
Óptica GROC, destaca que el avance alcanzado «mejorará considerablemente las 
prestaciones de esta tecnología al permitir procesar el material simultáneamente 
en varias localizaciones y, además, sin pérdida de precisión. Ambos hechos son 
clave para incrementar la tasa de producción de la tecnología láser, abaratando 
de esta manera los costes de fabricación y permitiendo su introducción 
progresiva en diversos sectores que hasta ahora utilizan mecanismos de 
producción más tradicionales».
La técnica de procesamiento en paralelo desarrollada por la UJI permite 
dividir el haz en una serie de haces múltiples a través de lo que se denomina un 
«módulo de dispersión compensada», habiendo demostrado su efectividad para 
generar simultáneamente 52 agujeros ciegos de menos de 5 micras de diámetro 
sobre una muestra de acero inoxidable. «Esta investigación demuestra que, sin 
perder calidad, podemos aumentar la velocidad de fabricación por un factor de 
52, o incluso de 100, con el cambio de parámetros del sistema», explica la 
investigadora de GROC Gladys Mínguez-Vega.
 El programa Horizonte 2020, que recoge los principales desafíos a los que 
debe hacer frente la ciencia en Europa en los próximos años, destaca el papel 
clave que debe jugar la tecnología láser en la mejora de ciertos procesos de 
producción industrial, sobre todo en aquellos donde la calidad y el acabado de 
la pieza son fundamentales. Procesar materiales con luz permite un alto grado de 
automatización y flexibilidad en los procesos industriales, así como la 
fabricación de componentes y productos de extraordinaria calidad y de una manera 
mucho más sostenible comparada con otras tecnologías de procesado. La tecnología 
láser es una tecnología limpia en el sentido de que minimiza el número de 
residuos en los procesos de fabricación, pero no sólo en el manufacturado 
industrial: la fotónica también plantea avances en numerosos campos como la 
salud, la iluminación y la sostenibilidad. «Se dice que la fotónica permitirá 
modificar nuestra forma de vida en el siglo XXI tal y como lo consiguió la 
electrónica en el siglo XX», señala Lancis, resaltando las potencialidades de 
esta ciencia.
Una tecnología con infinidad de posibilidades
Le tecnología láser se desarrolló en los años 80 del pasado siglo, pero 
en sus orígenes se trataba de láseres de onda continua que no permitían trabajar 
con materiales a microescala ni alcanzar un elevado nivel de calidad. Fue a 
partir de los años 90 cuando apareció el láser pulsado de femtosegundo, un láser 
que opera con pulsos programados en espacios de tiempo extremadamente cortos, 
permitiendo que se acumule la luz de forma que la carga energética que se 
dispara al liberarse el haz es mucho más potente. Esta tecnología ha permitido 
alcanzar una mayor precisión y calidad, según explica Mínguez-Vega: «Son los 
láseres que se están utilizando, por ejemplo, en algunas operaciones de cirugía 
para conseguir cortes menos invasivos, más localizados y precisos, o en el 
desarrollo de micromecanizados en todo tipos de materiales, incluidos los 
biodegradables. Al tratarse de tiempos de exposición tan breves y con una carga 
energética tan elevada, los láseres de femtosegundos evitan también que el calor 
se expanda más allá del punto al que se dirige, lo que permite incluso 
utilizarlos para cortar explosivos».
 El hecho de que la energía esté tan concentrada provoca que se tenga incluso 
que atenuar. «Si la gastaras toda, depositarias tanta energía que acabarías 
causando un daño en el material. Para evitarlo se utilizan unos filtros que van 
eliminando luz hasta reducirla a la energía adecuada». La matriz desarrollada 
por la UJI permite dividir el haz, multiplicando los puntos de luz a la vez que 
reduce la energía de cada uno de ellos. «Actualmente, para micromecanizar una 
pieza con un láser de femtosegundo se ha de mover el láser o el material para ir 
escaneándolo, de forma que la producción se ha de realizar punto a punto». La 
matriz desarrollada en el campus castellonense divide los haces manteniendo su 
efectividad, lo que permite micromecanizar a la vez decenas de piezas distintas, 
multiplicando hasta por cien la velocidad del sistema con la consiguiente 
reducción de costes.
 La revista editada por la Optical Society of America, la sociedad de óptica 
más importante a escala internacional, dedica en su número del mes de mayo la 
imagen de portada al sistema óptico desarrollado en la UJI para láseres de 
femtosegundo. A través de un amplio reportaje sobre los últimos avances en 
láseres pulsados ultrarrápidos, recoge los avances alcanzados por el Grupo de 
Óptica GROC de la UJI, publicados previamente en la revista científica Optics 
Express.
Enlace de interes:
http://www.uji.es/ES/ocit/e@/05304/?p_url=/ES/ocit&p_item=05304&codi=087

 
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