La cantidad de drones existentes va en aumento, al igual que las mejoras en el sector de la impresión 3D. Si se juntan estas dos tecnologías, tendremos como resultado un robot aéreo capaz de crear estructuras o, lo que es lo mismo, una impresora 3D voladora. Esto es lo que hizo Mirko Kovac, un estudiante de ingeniería del departamento de robots aéreos del Imperial College of London, al equipar un dron con un inyector de espuma de poliuretano. Para llegar a ese punto, se ha basado en la naturaleza de las avispas, que fabrican sus nidos con una densa pasta hecha de diferentes materiales (celulosa y barro) que endurecen tras secarse.
La aplicación más práctica que tendría este invento no sería sólo la de la construcción, sino también, la reparación de lugares en los que aún queden cajas de residuos radiactivos.
El dron llevaría un cartucho con dos productos químicos que, al mezclarse, crearían una espuma de poliuretano. También, iría provisto de un módulo de impresión para la extrusión de dicha espuma. El dron, unido a la impresora 3D, funcionaría de forma autónoma a través de paneles solares. Si se agota la batería, tan sólo sería necesario posar el artilugio sobre un árbol o edificio y dejarlo cargar bajo la luz del Sol. Además, esta impresora 3D voladora, cuenta con unGPS que permite encontrar la posición exacta que se desea.
Tras liberar la pegajosa espuma de poliuretano y esta se haya endurecido, tomará partida el hexacóptero, que será el que retire la caja al quedarse previamente pegado a la misma.
Hasta ahora, se han conseguido tripular drones con cargas de 2,5 kg. Sin embargo, se espera poder mejorar, hasta transportar 40 kilogramos con drones de mayor tamaño.
Mirko Kovac, ha exhibido su obra durante el pasado fin de semana en el Imperial Fest en la ciudad de Londres, donde se ha hecho una presentación de cómo funcionaría esta impresora 3D voladora:
https://www.youtube.com/watch?v=DyAvbq8o7xI#action=share
No hay comentarios:
Publicar un comentario