La alemana sigue en su propósito de sacar todo el partido posible a la pila de combustible, un proyecto que se remonta a los albores de la búsqueda de la eficiencia energética en automoción. Mercedes lanzará próximamente dos modelos de este tipo de motorización. Uno será el Mercedes Clase B, que ya se ha empleado como vehículo de pruebas, y otro una berlina o un SUV, aún no ha trascendido.
2014 es el año marcado en el calendario, pero la distribución se hará solamente allá donde sea posible el repostaje, lo que significa que en Europa apenas Alemania y quizás Dinamarca y los Países Bajos sean los mercados para estos coches. En Estados Unidos, por su parte, los Mercedes de hidrógeno entrarán por California, mientras que los estados de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut quedan reservados para cuando las hidrogeneras se hayan generalizado.
Por otra parte, Mercedes ha anunciado también que llevará a cabo la versión para hidrógeno de su Mercedes-Benz Clase B E-Cell Plus, eliminando el motor de combustión que otorga autonomía extendida a la propulsión eléctrica. De hecho, por lo visto el problema no está tanto en los modelos de hidrógeno que pueda o no sacar adelante la marca sino en que se potencie la instalación de las necesarias infraestructuras de abastecimiento. El pez que se muerde la cola, una vez más.
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